Realidades poco probables

 


“REALIDADES POCO PROBABLES” 

Monólogo de Paco Chamizo 

SOBRE COLOQUIOS DE REALIDADES IMPOSIBLES 

(Exposición fotográfica de Florentino Molero en AFA Antequera, 5 de abril de 2024) 

No parece lógico en un coloquio, diálogo o conversación entre personas que exista como realidad la cacofonía, la ecolalia, el efecto espejo, el monólogo, el soliloquio, la indiferencia, el desprecio, la sordera voluntaria... ¡Pero existen! Parece probable que abusamos o usurpamos con el uso cotidiano del verbo o la palabra el significado real, según el diccionario de la R.A.E., del prefijo “i, in o im escrito en español delante de p y b”. Cuando hablamos, expresamos o proclamamos... im-posibles, en realidad, estamos considerando cosas, situaciones, relaciones, asociaciones, diálogos, realidades poco probables; ni siquiera improbables. Será fruto probablemente de nuestra tendencia al “negacionismo” y a exagerarlo todo. El significado del prefijo “i, in o im escrito en español delante de p y b” es demasiado absoluto para la relatividad de nuestra imprecisa o, para más cierto, poco precisa existencia vital. Muy diferente al significado de la preposición inglesa y de otros idiomas “in”, cuyo significado en español es “en o dentro”, que en el caso que nos ocupa sobre coloquios significaría: “realidades dentro de lo posible”. Y son posibles desde el mismo momento en que alguien las imagina y las crea dándole soporte para entablar un diálogo o coloquio con otras personas, que se acercan a una realidad ajena a los convencionalismos vigentes (para mí es un ejemplo Florentino). Chapó por la imaginación (por tu imaginación Florentino), infinitas realidades posibles ya sean materiales o virtuales, por su diversidad y el enriquecimiento creativo compartido de los artistas y creadores de contenidos. ¡Qué bonito halago es cuando te dicen: eres un artista…! por lo que has hecho, vacunado de titulitis, que sólo es posible cuando expones y compartes tus ideas, tu creación, tu realidad asumiendo el riesgo de las críticas, aunque para muchos sea considerada una porquería. No te ofendas, para gustos colores, porque nadie debería cuestionar tu persona sólo lo que has creado. Las diferentes opiniones hacen posible la comunicación, el diálogo, un coloquio, un intercambio de pareceres… lo que posibilita la inspiración. 

Algunos creen como una realidad in-discutible, yo diría poco probable, que somos la creación a su imagen y semejanza de un ser perfecto con los mejores atributos de la inmensidad, la omnipotencia, la omnipresencia, la bondad, la benignidad, la misericordia, la sabiduría, la veracidad, la justicia, la belleza, la simplicidad (no compuesto por nada, espíritu puro), la unicidad, la infinitud (sin límites), la inconmensurabilidad, la eternidad... Yo, cuando me miro al espejo antes y después de peinarme nunca encuentro nada parecido, aunque ya no sea tan mono, ni queriéndome mucho como me quiero. Si para Platón “el hombre es el juguete de los dioses” (y la cruda realidad a muchos nos hace pensar que un juguete roto), para mí los dioses son un juego del hombre. Por eso mismo, tampoco considero in-discutible que el verbo o la palabra sea antes que la luz, yo nunca he sido capaz de escribir a oscuras y el lenguaje no verbal lo considero más universal que la palabra concreta. Tampoco considero la escritura anterior a la representación gráfica, sólo hay que tener presente la datación de las representaciones rupestres más antiguas, aunque no se le llame fotografía. De hecho, la psicología evolutiva aporta con la investigación sobre el desarrollo cognitivo de los niños de Jerome Bruner (1966) tres modos de representación de la realidad: representación activa (0-1 años, basada en la acción); representación icónica (1-6 años, basada en imágenes); y representación simbólica (7 años en adelante, basada en el lenguaje). Los tres modos de representación estarían integrados unos en otros secuencialmente a medida que se «trasforman» en un nuevo modo de representación. De esta constatación, quizás provenga la idea generalizada de que una imagen vale más que mil palabras. Cuando cuento un cuento o lo intento escribir con el consiguiente sobreesfuerzo, mi intención es representar escenas, situaciones, que no dejan de ser un conjunto de imágenes, visualizaciones mentales de una ficción o un relato concreto, pretendo que sea reconocible y aceptado como una nueva realidad con existencia propia, desde el momento que alguien distinto a mí lo hace suyo y a su vez lo comparte con otros. Todo lo argumentado me lleva a considerar que no existe nada im-posible realmente, aunque sea poco probable. Y lo poco probable suele ser mucho más interesante que lo muy convencional. Sobre todo para el desarrollo de nuestra inspiración, para poder imaginar y visualizar nuevas realidades, que existan y perduren en el patrimonio colectivo, que cada vez es más inmenso y con pretensiones eternas. De ahí, quizás provenga nuestro interés en almacenar nuestras creaciones en diferentes soportes para el recuerdo de una gran memoria compartida. Para finalizar con mi relato, sólo espero que haya despertado alguna reacción de agrado o desagrado, con críticas favorables o desfavorables, que inspire a la identificación o a la controversia antes que muera, recién parido, por la indiferencia de los aquí presentes. En pocas palabras: que sea aceptado como parte de este coloquio. 

Francisco Javier Chamizo Muñoz 

pCh 2024

Resistencia del arco


 

¡Ay, gorrión!


 

Andar o rodar

 


Memento mori


 

¡Ave! Farola, los navegantes te saludan



Faro... naufragar los navegantes en las tinieblas.